Cuando Dios hizo el mundo, para que los hombres prosperaran, decidió darles dos virtudes:
1. A los gringos los hizo ordenados y respetuosos de la ley.
2. A los ingleses, tenaces y estudiosos.
3. A los japoneses, trabajadores y pacientes.
Y así sucesivamente.
Cuando llegó a los bolivianos, dijo lo siguiente: "Estos van a ser inteligentes, honestos y masistas.
Al terminar, un ángel le preguntó:
"Santo Padre, has dado a todos los pueblos dos virtudes, pero a los bolivianos les has dado tres. Eso hará que ellos prevalezcan por encima de los otros pueblos de la tierra".
"Caramba, es cierto" dijo el Señor, "Pero los dones de Dios no deben quitarse. Lo remediaremos de inmediato: los bolivianos conservarán esas tres virtudes pero ninguno podrá ejercer más de dos al mismo tiempo”.
Es por eso, que desde ese momento y por mandato divino:
1. El boliviano que es masista y honesto, no puede ser inteligente.
2. El que es inteligente y masista, no puede ser de ningún modo honesto.
3. Y el boliviano que es verdaderamente inteligente y honesto, jamás podrá ser masista.
Moraleja: "Nunca dudes, Dios sabe lo que hace".